Cuando da por pensar...
miércoles, 2 de octubre de 2013
Gracias
Gracias te damos,
oh Dios, gracias te damos, Pues
cercano está tu nombre; Los hombres cuentan tus maravillas. - Salmos 75:1-3 –
martes, 30 de abril de 2013
• Tiene dificultad para mantener la atención en las actividades que está realizando.
• Parece que no escucha “ensimismamiento”.
• No sigue instrucciones, no termina las tareas.
• Tiene dificultad para organizarse.
• Evita tareas que requieren esfuerzo de concentración continuado.
• Olvida y pierde cosas necesarias para su actividad.
• Se distrae fácilmente con estímulos externos.
• Se olvida de las tareas diarias.
2. En segundo lugar están los posibles efectos secundarios. Respecto a la Atomoxetina, el laboratorio que la produce señala que 4 de cada 1.000 niños que ingieren esta droga puede llegar a tener ideas suicidas. A consulta psicológica llegan niños con ideas suicidas o con rasgos de depresión generados por este medicamento. También puede provocar náuseas, reducción del apetito y pérdida de peso. Algunos niños se quejan de mareos o irritabilidad leve durante el día cuando toman este medicamento; sin embargo, por lo general estos efectos secundarios desaparecen luego del primer mes de tratamiento. Con el Metilfenidato que es una de las drogas más utilizadas en el tratamiento del TDAH ocurre que es una anfetamina, fármaco potencialmente adictivo. Todos los fármacos utilizados para el TDA además, pueden producir otros efectos secundarios como dolor de estómago, inapetencia, trastornos en el crecimiento, tics,etc.
3. Existen terapias alternativas que pueden brindar amplios beneficios a los niños con TDA, entendiendo por Terapias Alternativas todas aquellas intervenciones que, a través de agentes primarios no químicos pretenden mejorar la calidad de vida de personas tanto sanas como con algún diagnóstico de disfuncionalidad. Entre estas terapias pueden señalarse: bioterapia, reeducación conductual, terapia cognitivo-conductual, terapia visual, terapia auditiva, terapia de reorganización neurológica, etc. Cada niño recibirá la terapia correspondiente de acuerdo a los resultados de la evaluación psicológica practicada.
Las terapias alternativas funcionan. Antes de empezar a tratar a un niño es indispensable practicar una evaluación psicológica exhaustiva que refleje las áreas de disfuncionalidad y/o inmadurez del niño, y sobre esa base se sugerirán cuáles son las terapias correspondientes (Cardo & Servera, 2008).
martes, 11 de septiembre de 2012
CONTAGIO
martes, 3 de enero de 2012
Una decisión, una consecuencia y una recompensa
En una de las charlas que daba mi padre (recuerdo nítido) hizo un llamado con una exposición sencilla del evangelio como preámbulo al llamado. Debía de ser sencilla porque en cuestiones teológicas profundas, niños de 8 años es difícil que entren. Me recuerdo levantando la mano, junto a mí estaban mis mejores amigos, Marcos y David, que hoy día siguen respondiendo a ese llamado. Aquél día acepté al Señor como Salvador. Una decisión sencilla e importante.
Como casi todo lo que escribo nace una preocupación, una conversación con alguien, etc., voy a contaros. He pasado dos semanas horribles. Por instantes me sentía totalmente ajeno a lo que Dios quería para mí. En determinados momentos me sentía incrédulo, ¿esto merece la pena? No conseguía entender por qué me sentía así, por qué no me apetecía orar…
Hoy he encontrado la explicación, por mi propio pecado. Pero no es en eso en lo que me quiero centrar. ¿Cómo pude dudar? ¿Me he vuelto más incrédulo que cuando tenía 8 años? ¿Qué pasa? Después de tanto pensar, inútilmente, hablé con mi padre. Me aconsejó un capítulo de un libro para nuevos cristianos que sienten preocupación por esa DECISIÓN. Dios me habló, y muy claro.
Que tú no te sientas hijo, no significa que Dios deje ser padre. Es absurdo pensar que Dios va a dejarte, ha prometido que no lo hará:
“No temas porque yo estoy contigo; no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré siempre te sustentaré con la diestra de mi.”
- Isaías 41:10 –
Como consecuencia de aquella decisión que tomé a los 8 años, el Señor me colmó de sus promesas y con ellas puedo disfrutar de una gran recompensa, la salvación. Si, es verdad, hay momentos en los que estás arriba, y momentos en los que estás abajo, pero quiero animarte diciéndote que el Señor es experto en levantar al caído, en dar consuelo, en dar fuerzas al que se siente débil y en hacer recordar que pase lo que pase, Él sigue siendo padre, independientemente de la clase de hijos que seamos.
Hemos sido sellados e incondicionalmente amados desde antes de todo.
“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,…”
– Efesios 1:13 -
Hoy puedo decir que no me arrepiento de la decisión que tomé.
jueves, 15 de septiembre de 2011
Cuando una puerta se cierra, otra se abre
Tras la campaña de Cambridge, varias áreas de mi vida fueron tocadas y al aterrizar de nuevo en la rutina madrileña, que me persigue día a día, muchos de esos cambios trajeron nuevas incógnitas y expectativas, cosa que no me preocupaba ya que confiaba en que Dios iría contestando. Durante ese periodo de espera para ver mis oraciones contestadas yo decía una y otra vez en oración: “Tengo paz porque va a venir de ti y no me importa si es algo que yo quiero con tal de que sea lo que tú quieras para mí”. Y así ha sido hasta hace unos días.
Oré por dirección académica (si debía estudiar o no un máster para ampliar mi formación) y vi claro que debía continuar mi formación a pesar del coste que supone un máster (4.000€ concretamente). Necesitaba el dinero y oré para que Dios me mostrara como pagar todo ese dinero o me enseñara que debía hacer mientras estudiaba, y me regaló un trabajo como Trabajador Social en una asociación cristiana (QUE GRANDE ES EL SEÑOR)(Y aun que no me lo hubiera dado también lo pensaría). Pero referente a otro motivo/asunto que puse en oración recibí una contestación que no quería y entonces llegó el batacazo. Es raro, me sentí muy frustrado, justo la cosa en la que había puesto más ilusión es la única que no sale conforme yo quería. No sólo frustrado sino dolido. Que sensación más extraña, un autentico duelo entre lo emocional y lo espiritual. Estas últimas semanas de mi boca solo ha salido frases como: “Dios proveerá”, “Si Dios no quiere yo lo aceptaré sin problemas”. Evidentemente, lo que Dios no quiso me afectó, pero el otro día, haciendo un devocional, topé con un texto que nunca había leído.
2ª Reyes 5: 1-14 habla sobre la historia de Naamán y de cómo espera recibir una cosa que luego no era como él esperaba. El profeta le explica que debe hacer para sanar su lepra pero él se va triste porque no era como él esperaba. ¿Por qué triste? ¿No vas a sanar? ¿Qué más quieres?
Muchas veces nos encontramos en situaciones en las que nos confronta nuestros propios deseos y ambiciones. Muchas veces lo que queremos no es lo que Dios quiere para nosotros. A mi modo de ver, Dios no se encapricha diciendo “esto para ti, esto para ti no”. Es mucho más que eso. Debemos estar firmes y alegres porque Dios está contestando y abriendo y cerrando puertas para que nosotros andemos con facilidad. Ya sea un trabajo, una operación, cualquier cosa, todo tiene un propósito y Dios lo hace porque es lo mejor para nosotros. No seamos como Naamán y nos enfademos porque no obtenemos lo que merecemos. Es verdad, somos humanos, no sé si por suerte o por desgracia, y es imposible negar que muchas veces nuestras emociones/sentimientos nos martirizan, es imposible ignorar que algo sucede. Pero debemos pensar que hay un propósito para cada cosa que ocurre. ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a ignorar lo que Dios te está mostrando? (2ª Reyes 5:13).
Adéntrate en lo más profundo del camino que Dios quiere para ti. Vale, no siempre es como nos gusta, pero espero animarte cuando te digo que es momentáneo, porque Dios cierra una puerta y abre otra. Sumérgete y bucea en las aguas que Dios quiere para ti y no te ahogues en tus propias emociones. (2ª Reyes 5:14)
Puede que pienses que escribo esto porque he alcanzado esa etapa en que cuando se cierra una puerta no importa en absoluto, pues te equivocas amigo. A veces, uno debe de escribir y leerlo para empezar a tomar conciencia de eso.
Bendiciones gente
domingo, 22 de mayo de 2011
Vive la oración
Llevo mucho tiempo sin escribir, no es por falta de ideas ni tampoco porque no me pase nada por la cabeza, sino por falta de tiempo. Pero llevo un tiempo pensando en tantas cosas que no podría expresarlas del todo bien escribiéndolas. Siendo esto así, y viendo el día a día lo que pasa en el mundo, me nace la necesidad de escribir sobre esto.
Estos días atrás he estado leyendo un libro (el cual aún no he acabado) titulado Fuego Vivo, Viento Fresco. Este libro me ha hecho reflexionar a cerca de la oración pero, sobre todo, a cerca de la relevancia que tenemos como cristianos en la sociedad actual. Este libro habla sobre el crecimiento de la Iglesia del pastor y autor del libro, y me impresiona leer como Dios hace grandes cosas cuando hay grandes convicciones. Quiero recalcar, cuando digo convicciones, que este término tiene su gran significado, aun que se lo otorgue yo, en la parte que corresponde a aplicación diaria. Me explico. Si tienes unas convicciones firmes es de recibo que apliques lo que crees y defiendes a tu vida. ¿Somos hipócritas al defender algo que no creemos pero que no vivimos?
No quiero encaminar esta reflexión hacia el testimonio a los demás etc., quiero orientarlo a creer y vivir lo que Dios hace por tí y por mí. Las promesas de Dios serán cumplidas, por eso son promesas.
Quiero sólo dejar una cosa clara: Dios hace más de lo que creemos. Cuando escribo esto, no lo hago desde la experiencia ya que no he alcanzado el concepto que quiero trasmitir. Si creemos que Dios puede proveer, CREE que lo hará, porque lo hará. Dios se goza en la oración de su pueblo, pero una oración con fe, y no una oración que deja entrever la posibilidad de que Dios lo hará o alomejor no lo hará. A veces oramos como auto convenciéndonos y pidiendo con mucha simpleza pensando en que como alomejor no lo hace, la oración que proclame será más como un enunciado protocolario, si viene pues genial, sino pues nada.
OJO! No digo que todo lo que pidas Dios te lo concederá porque su voluntad es perfecta y no siempre es de nuestro agrado. Pero una oración de fe es poderosa, y Dios proveerá. Que Dios te conceda las peticiones no depende de ti, sino de Él. Mientras tanto, muéstrate ante Él pensando no en que puede hacer, sino en que lo HARÁ, siempre conforme a su voluntad.
Vive tu fe por medio de la oración.
Que Dios os bendiga
lunes, 8 de febrero de 2010
La piedra que debes quitar
Parece increible la forma que tiene Dios para quebrantar tu corazón cuando menos lo buscas. Un poco de eso es lo que ha hecho Dios en mi la pasada reunión de REFUGIO que hacemos los jóvenes. Comenzamos la reunión con el texto de Juan 11: 17-44, texto el cual giraría toda la reunión. Comenzamos a leerlo y yo sentía en mi interior que este texto es verdaderamente FLIPANTE en el sentido de que es uno de los milagros más increíbles del Señor. Y yo siendo un chico bastante “empírico” por así decirlo me es muy difícil interiorizar la resurrección de un hombre. Pero Dios moldea mi corazón siempre, y si Dios ha cambiado mi vida, ¿que no ha podido hacer su hijo cuando yo ni existía? Ahora pienso que Dios hace siempre, y lo hace ha conciencia para probar nuestros corazones.
De este texto he podido desvelar dos puntos que están latentes, o por lo menos, es lo que Dios me ha hecho interpretar, y me ha hecho tanto bien que por eso lo escribo.
El primer punto que se ve aquí es la fe. Una fe verdaderamente agarrada a Jesús. Para mí, en momentos de dificultad, como por ejemplo la muerte de un ser querido, me resultaría muy difícil concentrarme en factores externos que no tuvieran que ver con mi propio dolor. Pero Marta y María, creo que son verdaderas seguidoras de Jesús que aún muerto su hermano, creen y saben que Jesús puede hacer lo más impensable del mundo.
Es curioso y hay que fijarse, como Marta y María se parecen a nosotros en cuanto a bajones de fe se refieren. Me resulta curioso cuando en el versículo 27 Marta dice: “Sí Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo;” y a pocos versiculos más abajo se ve como le dice en el versículo 39: “Señor, hiede ya, que es de cuatro días”. Que flipe, hacía escasos momentos reconocía al hijo de Dios y poco después infravalora su poder. La contestación de Jesús es increíble (vr. 40): “¿No te he dicho que, si creyeres, verás la gloria de Dios?”
Es algo sorprendente, y muchas veces nos ocurre que aún sabiendo dalante de quien estamos, dudamos de su poder, y muchas veces eso nos pone trabas en nuestra vida espiritual.
Dios tiene cosas preparadas para nosotros y nosotros no somos los que elegimos cuando queremos verlas, y en este texto tenemos un claro ejemplo de la temporalidad de la obra de Dios. En los versículos 21 y 32 vemos como ambas mujeres le dicen a Jesús que si hubiera estado antes, no habría muerto. Jesús no era ajeno a esto, Jesús llevaba en esa tierra varios días y decidió quedarse unos días más, ¿de veras alguien cree que Jesús no sabía nada de lo que iba a pasar? Jesús conocía esta situación, pero todo, absolutamente todo, tiene su tiempo y el Señor necesita probarnos para luego sorprendernos como hace siempre.
De modo que Dios da a cada cual su momento de bendición cuando menos creemos que la va a hacer, cuando más lo necesitamos y más pueda sorprendernos para que nos gocemos de su poder. Si Dios nos diera las cosas con nada más pedirlas, nuestra relación espiritual sería un mero trámite, y no siempre tiene porque dárnoslas.
Dios tiene preparado para nosotros cosas increíbles, sólo tenemos que quitar la “piedra” que nos impida ver su mano obrar, y dar tiempo al Señor, para que él decida cuando es el mejor momento de tocarnos y poder regocijarnos en su poder. Hoy conmigo lo ha hecho, tengo una carga menos, he sentido el perdón de Dios y mi corazón se ha quebrantado para él. Dios me ha habló es esa tarde, y a partir de ahí, después de notar como quitaba mi carga, yo tomaré cartas en el asunto, y quitaré mi piedra del sepulcro.
¿Y tú? ¿Aún sigue tu piedra puesta en tu sepulcro?