lunes, 8 de febrero de 2010

La piedra que debes quitar

Parece increible la forma que tiene Dios para quebrantar tu corazón cuando menos lo buscas. Un poco de eso es lo que ha hecho Dios en mi la pasada reunión de REFUGIO que hacemos los jóvenes. Comenzamos la reunión con el texto de Juan 11: 17-44, texto el cual giraría toda la reunión. Comenzamos a leerlo y yo sentía en mi interior que este texto es verdaderamente FLIPANTE en el sentido de que es uno de los milagros más increíbles del Señor. Y yo siendo un chico bastante “empírico” por así decirlo me es muy difícil interiorizar la resurrección de un hombre. Pero Dios moldea mi corazón siempre, y si Dios ha cambiado mi vida, ¿que no ha podido hacer su hijo cuando yo ni existía? Ahora pienso que Dios hace siempre, y lo hace ha conciencia para probar nuestros corazones.

De este texto he podido desvelar dos puntos que están latentes, o por lo menos, es lo que Dios me ha hecho interpretar, y me ha hecho tanto bien que por eso lo escribo.

El primer punto que se ve aquí es la fe. Una fe verdaderamente agarrada a Jesús. Para mí, en momentos de dificultad, como por ejemplo la muerte de un ser querido, me resultaría muy difícil concentrarme en factores externos que no tuvieran que ver con mi propio dolor. Pero Marta y María, creo que son verdaderas seguidoras de Jesús que aún muerto su hermano, creen y saben que Jesús puede hacer lo más impensable del mundo.

Es curioso y hay que fijarse, como Marta y María se parecen a nosotros en cuanto a bajones de fe se refieren. Me resulta curioso cuando en el versículo 27 Marta dice: “Sí Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo;” y a pocos versiculos más abajo se ve como le dice en el versículo 39: “Señor, hiede ya, que es de cuatro días”. Que flipe, hacía escasos momentos reconocía al hijo de Dios y poco después infravalora su poder. La contestación de Jesús es increíble (vr. 40): “¿No te he dicho que, si creyeres, verás la gloria de Dios?”

Es algo sorprendente, y muchas veces nos ocurre que aún sabiendo dalante de quien estamos, dudamos de su poder, y muchas veces eso nos pone trabas en nuestra vida espiritual. La Piedra que dice Jesús que retiren del sepulcro yo la comparo con nuestras trabas para ver obrar a nuestro Señor, si no quitamos la roca, las trabas, las dudas, no podremos ver lo que Dios tiene preparado para nosotros. Y esto me lleva al segundo punto.

Dios tiene cosas preparadas para nosotros y nosotros no somos los que elegimos cuando queremos verlas, y en este texto tenemos un claro ejemplo de la temporalidad de la obra de Dios. En los versículos 21 y 32 vemos como ambas mujeres le dicen a Jesús que si hubiera estado antes, no habría muerto. Jesús no era ajeno a esto, Jesús llevaba en esa tierra varios días y decidió quedarse unos días más, ¿de veras alguien cree que Jesús no sabía nada de lo que iba a pasar? Jesús conocía esta situación, pero todo, absolutamente todo, tiene su tiempo y el Señor necesita probarnos para luego sorprendernos como hace siempre.

De modo que Dios da a cada cual su momento de bendición cuando menos creemos que la va a hacer, cuando más lo necesitamos y más pueda sorprendernos para que nos gocemos de su poder. Si Dios nos diera las cosas con nada más pedirlas, nuestra relación espiritual sería un mero trámite, y no siempre tiene porque dárnoslas.

Dios tiene preparado para nosotros cosas increíbles, sólo tenemos que quitar la “piedra” que nos impida ver su mano obrar, y dar tiempo al Señor, para que él decida cuando es el mejor momento de tocarnos y poder regocijarnos en su poder. Hoy conmigo lo ha hecho, tengo una carga menos, he sentido el perdón de Dios y mi corazón se ha quebrantado para él. Dios me ha habló es esa tarde, y a partir de ahí, después de notar como quitaba mi carga, yo tomaré cartas en el asunto, y quitaré mi piedra del sepulcro.

¿Y tú? ¿Aún sigue tu piedra puesta en tu sepulcro?

jueves, 7 de enero de 2010

EsTiempo - ¿Cómo tienes las manos?

El mes pasado tuve la bendición de ser invitado al evento ES TIEMPO que se organiza en Barcelona enfocado a los jóvenes con la visión clara de ser el cambio y la referencia en esta país para que cambie. Tuve también la bendición de que me dejaran ir de voluntario para ayudar. No me costó mucho ofrecerme y no me lo pensé dos veces ya que como dice mi amigo David: “cuando algo es del Señor, todo sale rodado”. Y sin un duro me presenté en el aeropuerto de Barcelona y tenía razón mi amigo, salió rodado. Pero lo que yo no sabía es que iban a pasar cosas en ES TIEMPO que iban a salir rodadas.

Sin contar que tardamos más desde el aeropuerto a la iglesia que en el trayecto Madrid- Barcelona, esa tarde fue genial. Nada más llegar la gente ya llevaba trabajando horas incluso días. No me dio tiempo ni a descansar un poco del viaje, al tajo rápidamente.

Era increíble, yo que soy de Madrid ver que la gente de ES TIEMPO ya me conocían y me saludaban como si me hubiera ido 5 minutos a comprar. Me sentí muy arropado por la gente, es difícil expresar el espíritu que se respiraba allí en la gente que estábamos de voluntario. Pero no se conformaron con eso, al grupo que veníamos de Madrid nos dejaron hospedarnos en la iglesia donde se realizaba el evento.

La mañana siguiente, súper temprano ya estábamos de pie, y como no había ducha tuvimos que ducharnos a lo polaco (que espero que por culturilla general sepáis en que consiste jejej). Y nada, manos a la obra, los voluntarios a saco a recibir instrucciones y hacer todo lo que fuera para el Señor. Una mañana de alabanza y talleres geniales, donde pudimos tener nuestro pequeño encuentro con Dios, al menos hablo por mí. Me impactó porque esta clase de eventos, aquí en Madrid no sueles hacerse y si se hacen pienso que no se hacen con la visión tan clara. Salí muy sorprendido de la sesión de ES TIEMPO de la mañana.

Otra cosa que me encantó fue la comida que se dio a la gente y un torneo de fútbol en el cual lo siento mucho, la selección internacional de Madrid (Lacy-Canillejas) dio un repaso al digno equipo anfitrión.

Luego la reunión de la tarde estuvo colmada de bendiciones, una tarde en la que la alabanza fue central, todos a una voz dando gracias a Dios por todas y cada una de las cosas que nos demuestra para que le adoremos. Y en vez de talleres tuve la bendición de escuchar una exhortación dedicada a ti y a mí en la que reflexioné.

¿Cómo tienes las manos, limpias o sucias de trabajar?

Es lo más importante que saqué de la reunión y me pude llevar a Madrid:

Eres especial, Dios te ha creado porque para Dios eres increíble, eres precios@ para Dios. Y Dios ama, ama a todos, y nosotros como parte de y responsabilidad debemos ser sus manos, sus pies, su boca aquí en la tierra con los demás. Que todo el mundo vea lo que hacemos para el Señor y puedan ver ese amor que Dios nos tiene reflejado en nuestros actos. Tenemos que mancharnos las manos trabajando para él, porque todo lo que para él hagamos, tendrá fruto. Todo en esta vida Dios lo recompensa, hay que ser consciente y debes ser consciente si estás leyendo esto que Dios te ama tanto que ha dado a su hijo, a su mismísimo hijo por ti. ¿Cómo tienes las manos? ¿Limpias? ¿Sucias? Dios te ama tanto que no puedes devolverle tanto amor, porque te ama muchísimo, pero puedes mostrarle lo que le amas tú aunque sea insignificante en comparación con su amor. Sé sus manos, sé sus pies, sé su boca, Dios te quiere en su obra, que tus actos reflejen lo que Dios hace en tu vida, sé parte de la obra que cambiará este país. Eres a los ojos de Dios increíble, sé le que Dios quiere que seas, una herramienta eficaz para él para que así el pueda recibir de ti, con tus actos, toda gloria y alabanza.

Doy muchas gracias a los chicos de ES TIEMPO que me han permitido formar parte de la obra de Dios. Gracias a Dios por hacerme sentir útil para su obra. Hay que cambiar este país, y el Señor se lo merece. ¿A qué esperas?

¡MANCHATE LAS MANOS!


http://www.youtube.com/watch?v=CBVtKbCuKXo&feature=player_embedded

sábado, 2 de enero de 2010

En el dolor, Dios no defrauda

Hace no mucho tuve la bendición de que mi abuela y mi tía paterna nos visitaran. Es un trabajo duro porque debido a la salud de mi abuela, y viviendo en Valencia, cada viaje supone un gran esfuerzo. Dio la casualidad de que yo volvía de un viaje muy doloroso y muy duro que perjudicó de lleno mi vida espiritual. He tenido muchas luchas interiores con Dios, clamor, desesperación, incredulidad, incomprensión, etc. pero nunca de este calibre, tanto que yo mismo sabía distinguirlo de otras ocasiones. A la vuelta de mi viaje, y debido a la situación que viví en el lugar al que fui, me vi envuelto en una espiral en la que no encontraba forma de salir.

Pensaba: “¿Cómo es capaz Dios de permitir que me sucedan tantas cosas malas seguidas?, ¿cómo Dios permite que viva esta situación tan irritante y angustiosa de la que quiero salir desesperadamente?

Mi “llama” espiritual estaba recibiendo una corriente de aire tan grande que me provocaba temor. Es difícil pensar en el amor de Dios en situaciones difíciles, de alguna manera tu vida espiritual se ve afectada y troncada por acontecimiento externo, y esto me demostró la gran influencia que tiene el exterior sobre mi vida espiritual, lo cual no es nada bueno. Reflexioné todo el fin de semana que estuve de viaje en esto, el hecho de que mi fe estuviera entre la espada y la pared cada vez que ocurriera un suceso que me provocara dolor, y en este viaje pude experimentar gran dolor.

Pero Dios no nos pone pruebas que no podamos superar. La mañana siguiente a la vuelta de mi viaje me levanté todavía con dolor y pesar en mi corazón, por todo lo que había ocurrido pero más por todo aquello que había reflexionado. Cuando me desperté, mi tía ocupada ordenando la casa me pidió si podía leer un Salmo a mi abuela que estaba empezando el desayuno. ¿Por qué no? – dije yo. Y sin ningún ánimo me senté en la mesa al lado de mi abuela para leerla un Salmo.

- ¿Qué Salmo quieres leer yaya?- le dije.

Y ella, sin conocer nada de mi situación personal y espiritual me dijo: “El Salmo 22”.

Yo, que no había leído nunca ese Salmo, comencé a leer.

A medida que iba leyendo, me fui dando cuenta de cómo Dios me estaba hablando con su palabra, de cómo él, por medio de su palabra, estaba abriéndome los ojos y enseñándome cosas increíbles. Este Salmo es una oración del rey David que comienza en sufrimiento y súplica y termina en un gozo extremo. Me hace reflexionar y meditar que toda tribulación, problemas, etc., no son sinónimos de un rechazo por parte de Dios. El amor de Dios no comienza el día en que nacemos y no concluye el día en que morimos (Comentario bíblico “Diario Vivir”), es un amor continuo en toda situación.

Me sentía totalmente identificado con el rey David cuando en el versículo 11 dice: “No te alejes de mí, porque la angustia esta cerca, porque no hay quien ayude”.

Este Salmo me hizo ver que a pesar de todo problema, toda situación dolorosa, malos momentos, incredulidad, etc., siempre hay motivos para glorificar a Dios (versículo 25: “De ti será mi alabanza en la gran congregación…”) y que contamos con el amor de Dios para que nos ayude. Este Salmo me impactó porque comienza en dolor y acaba en ¡GOZO!, el gozo de que Dios es tan poderoso que transforma dolor en amor. Y gracias a Dios, por medio de mi abuela, me he dado cuenta de que Dios, a pesar de nuestras dudas, de nuestros problemas, etc., está ahí con nosotros, y que tan grande es su poder y misericordia que cambia nuestra tristeza en alegría, que nos recompensa por ser fieles y mantenernos firmes en las situaciones difíciles y que nos ama tanto que no permite que esas situaciones nos desborden hasta el límite.

Al acabar de leer el Salmo, me encontraba tan emocionado que no podía apartar los ojos de la Biblia, estaba apunto de llorar. Mi abuela nada más terminar de leer me dijo: “Tienes los ojos tristes”, y me hizo gracia porque la tristeza que tenía acababa de convertirse en esperanza. Nada más terminar de leer, noté como Dios había hecho desaparecer mi carga, mi dolor, mis dudas…Ya no había nada que me distrajera de Dios. Lo pasé mal en mi viaje, tanto que me afectó en mi vida espiritual, pero al leer esto me di cuenta de que aunque estemos tristes debemos seguir alabando a Dios y confiando en él para así ver el cambio que hace en nosotros y que yo pude experimentar. Esa misma noche me acerqué a la habitación de mi abuela antes de dormir y le dije lo importante que había sido ese versículo para mí.

Dios nos pide confianza, no nos dejemos avasallar por los momentos duros; detrás de una prueba hay una recompensa y yo comencé con dolor y he acabado con gratitud y gozo.

Espero que Dios os hable de la misma manera como lo ha hecho conmigo y espero en tiempos difíciles, no os olvidéis de Dios porque aunque nos cueste verle o nos preguntemos por qué permite esto o lo otro, Dios no se aleja de nosotros. Rogar al Señor que os ayude, porque, como yo he podido comprobar, Dios es real y no defrauda, siempre contesta.

1ª Pedro 4:12-13

“Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese. Sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.”